La premisa menos es más define esta tendencia decorativa es que se caracteriza por la búsqueda de simplificar al máximo y prescindir de los elementos que no resulten esenciales.
Original de Estados Unidos en la década de los años 60, este estilo es perfecto para aquellas personas que se sienten cómodas en espacios simples y serenos.
Pocos muebles, líneas rectas y ausencia de ornamentaciones superfluas en los espacios diáfanos consiguen, sin embargo, crear un estilo que apuesta por ambientes en los que se destila calidez y belleza.
La clave del estilo para tener una casa minimalista es conseguir estancias despejadas, dado que los hogares de antaño tendían al exceso, el minimalismo se relaciona con el futuro precisamente porque prescinde de elementos innecesarios.
Adiós a lo superfluo. Según la filosofía minimalista, el orden es imprescindible para conseguir armonía en el interior.
Espacios diáfanos. Este estilo se caracteriza por la ausencia de grandes piezas de mobiliario y por utilizar sólo las estrictamente necesarias.